Contexto histórico:
El filme de Ávila es una historia que toca la sensibilidad histórica del país, pero también la de él mismo. Benjamín era un chico cuando se exilió con su mamá; militante de Montoneros; y la pareja de ella, tras el golpe de 1976. En 1979 regresaron a la Argentina y vivieron aquí con otras identidades, de manera clandestina, mientras militaban. Su madre desapareció en octubre de 1979 y su hermano más chico fue criado por otra familia. Más tarde, su hermano fue uno de los primeros nietos restituidos por Abuelas de Plaza de Mayo. Benjamín creció con su padre. La película narra, desde el punto de vista de un niño de 12 años, cómo es la vida cotidiana de su familia, que vive en la clandestinidad, y la suya propia, mientras va a la escuela con otro nombre.
Infancia Clandestina es una película situada en el año 1979 en el contexto de una Argentina post-mundialista, presidida por el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional. A partir de este marco político es que se despliega una ferviente dicotomía entre el gobierno de facto y la guerrilla de izquierda, declarada terrorismo subversivo, que por entonces estaba prácticamente aplacada.
La película en particular trata del contexto íntimo de una familia fuertemente identificada con la lucha armada. La misma retorna al país después de estar exiliados en Cuba, con nuevas identidades, para llevar adelante la “contraofensiva” montonera convocada por la izquierda peronista. Así, desde la clandestinidad, mantienen una militancia furtiva en pos de la desestabilización del gobierno de facto.
El período de la infancia en esta época tenía importancia en la medida en que el control y el orden que esperaba obtener el gobierno de facto en la sociedad, se formaba en también a través de la escolarización de los niños en la primaria. Debido a lo “moldeable” que resultan ser los chicos a esa edad, no suponían un trabajo arduo en relación a lograr el perfil de ciudadano que esperaban. Cuanto antes se les transmitieran e impusieran los valores y objetivos planteados, serían más dóciles, más manejables desde lo conductual. Por eso era importante mantener un fuerte control sobre el ámbito educativo.
El filme de Ávila es una historia que toca la sensibilidad histórica del país, pero también la de él mismo. Benjamín era un chico cuando se exilió con su mamá; militante de Montoneros; y la pareja de ella, tras el golpe de 1976. En 1979 regresaron a la Argentina y vivieron aquí con otras identidades, de manera clandestina, mientras militaban. Su madre desapareció en octubre de 1979 y su hermano más chico fue criado por otra familia. Más tarde, su hermano fue uno de los primeros nietos restituidos por Abuelas de Plaza de Mayo. Benjamín creció con su padre. La película narra, desde el punto de vista de un niño de 12 años, cómo es la vida cotidiana de su familia, que vive en la clandestinidad, y la suya propia, mientras va a la escuela con otro nombre.
Infancia Clandestina es una película situada en el año 1979 en el contexto de una Argentina post-mundialista, presidida por el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional. A partir de este marco político es que se despliega una ferviente dicotomía entre el gobierno de facto y la guerrilla de izquierda, declarada terrorismo subversivo, que por entonces estaba prácticamente aplacada.
La película en particular trata del contexto íntimo de una familia fuertemente identificada con la lucha armada. La misma retorna al país después de estar exiliados en Cuba, con nuevas identidades, para llevar adelante la “contraofensiva” montonera convocada por la izquierda peronista. Así, desde la clandestinidad, mantienen una militancia furtiva en pos de la desestabilización del gobierno de facto.
El período de la infancia en esta época tenía importancia en la medida en que el control y el orden que esperaba obtener el gobierno de facto en la sociedad, se formaba en también a través de la escolarización de los niños en la primaria. Debido a lo “moldeable” que resultan ser los chicos a esa edad, no suponían un trabajo arduo en relación a lograr el perfil de ciudadano que esperaban. Cuanto antes se les transmitieran e impusieran los valores y objetivos planteados, serían más dóciles, más manejables desde lo conductual. Por eso era importante mantener un fuerte control sobre el ámbito educativo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario